Welcome to the planet Naoshima

In the meantime I’m writing this, I remember the sensation perfectly fine. We looked each other but we didn’t say a word. We didn’t say a word but we were thinking the same. It looked like a dream or a science fiction film. It was like coming back to childhood again. We were, really, speechless. That’s Naoshima. People call it in many different ways: art island or the island that wants to leave the world.

Everything you read, believe us, is not enough.

Is a kind of meeting in the third phase, but you are, in this case, the main character. After visiting a bunch of messy but tidy cities, full of lights and hundred of tourists, this island was like an oasis. But meaning not only a Japan’s oasis, Naoshima is a world oasis.

An island that mixes nature with cement, where art and air are flowing, where you can find giant pumpkins on the beach and sleep in a museum. Art Teshima’s Museum, a huge water drop in the middle of rice fields, it actually absorbs you. We keep asking ourselves if we will find a place more impressive than this. Between us, we are not sure that Naoshima and Teshima are actually of this planet

Teshima Art Museum by the artist Rei Naito and architect Ryue Nishizawa.

Yayoi Kusama's Pumpkin at Benesse Art Site Naoshima.

Escribiendo esto recuerdo la sensación perfectamente. Nos mirábamos y ninguno abría la boca. No decíamos nada pero los dos pensamos lo mismo. Parecía un sueño, o una película de ciencia ficción. Era como ser pequeños otra vez. Estábamos, literalmente, sin palabras. Eso es Naoshima. La llaman de muchas formas: la isla del arte o la isla que quiere escapar del mundo.

Y todo lo que leáis se queda corto.

Es una especie de encuentro en la tercera fase, pero contigo como protagonista. Después de pasar por varias ciudades japonesas con su desorden ordenado, sus espectáculos lumínicos y los cientos de turistas, esta isla es como un oasis. Pero no un oasis de Japón, más bien Naoshima en un oasis del mundo.
Es una isla que mezcla cemento y naturaleza, en a la que fluyen arte y aire, donde hay calabazas gigantes por la playa y en la que puedes dormir en un museo. El Museo de Arte de Teshima, una gota de agua gigante en mitad de una ladera rodeada de campos de arroz, te absorbe. Todavía pensamos si habrá algún sitio del mundo que nos impresione más que este. Aunque no estamos seguro si Naoshima y Teshima son de este planeta.